La boda de la asistenta de Freida McFadden

Reseña sin spoilers

Bueno. Yo lo empecé con esa mezcla tan peligrosa de “me apetece mucho” y “por favor que no la caguen en la tercera parte”. Spoiler: no la cagan.

De hecho lo empecé un sábado por la mañana, con mi marido llevándose a los peques a desayunar fuera (yo me quedé sola en casa, planazo), y acabé leyendo media novela del tirón con el café ya recalentado en microondas dos veces.

Millie está en modo “voy a ser feliz pase lo que pase”… y obviamente pasa. Y ahí es cuando tú empiezas a leer más rápido porque sabes que algo se está torciendo pero no tienes ni idea de por dónde va a explotar.

«Mira chica, si a ti esto te parece normal es que ya estás inmunizada.»

Hay escenas que me hicieron literalmente soltar un “mira chica, si a ti esto te parece normal es que ya estás inmunizada”.
Y hay un momento concreto (lo vas a saber cuando llegues) en el que me tuve que levantar del sofá, dar una vuelta por el salón y volver a sentarme. DEL NIVEL DE TENSIÓN.

Ah, y aquí también hay aparición sorpresa (no digo quién ni por qué), pero te deja con esa mezcla de “ay dios” + “ay qué maravilla”.

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