Home is Where the Bodies Are de Jeneva Rose

Reseña sin spoilers

Tres hermanos que apenas se soportan, una casa familiar llena de cajas y VHS polvorientos, y un hallazgo que parece sacado de un “true crime” casero: papá con la ropa manchada de sangre y mamá pactando qué hacer con el cadáver. A partir de ahí, el libro te invita a preguntarte lo obvio: ¿fueron ellos los culpables de la desaparición de Emma Harper, la chica del pueblo que nunca apareció?

La premisa es potente y el arranque tiene gancho, pero la ejecución… pues ahí flojea. Lo más interesante, sin duda, son las dinámicas familiares: Beth, la hermana amargada que se quedó cuidando de todos, Nicole con su pasado de adicciones y el ego por las nubes, y Michael, el triunfador distante con traje caro y cara de “os miro por encima del hombro”. Más que un thriller, muchas veces parece un drama familiar con discusiones circulares y reproches reciclados.

«Thriller familiar con VHS sangriento de por medio: dinámicas potentes, misterio predecible.»

El misterio en sí se resuelve demasiado fácil: se intuye rápido qué pasó, quién hizo qué y cómo va a acabar. Nada de giros imposibles ni revelaciones que te dejen con la boca abierta. Lo que sí tiene es ritmo: se lee rápido, engancha por pura curiosidad y te lleva en volandas hasta el final aunque no brille especialmente.

Lo bueno: la idea del VHS es un acierto, la tensión entre hermanos funciona y el libro no se hace pesado. Lo malo: personajes poco queribles, trama predecible y sensación de “esto ya lo he visto”.

Un thriller correcto para devorar en un par de tardes, pero no de los que se quedan grabados.

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