Cloruro de sodio de Jussi Adler-Olsen

Reseña sin spoilers

Cuando pensaba que Departamento Q ya no podía darme más alegrías, llega Cloruro de sodio y me deja KO. Es el noveno libro de la saga, y aunque yo voy saltando un poco a lo loco (lo confieso: no sigo el orden, leo según me pilla 🤷🏻‍♀️), no me ha importado nada. Es de esos thrillers que te enganchan aunque no tengas todos los cabos previos atados. Y aun así… ¡menudo viaje!

Aquí tenemos a Carl Mørck y su equipo (Rose, Assad y Gordon), esos detectives daneses tan entrañables, enfrentándose a un caso que mezcla suicidios sospechosos, muertes cada dos años, un montón de sal (sí, sal, como si fuese una firma macabra) y un patrón que lleva décadas pasando desapercibido. Todo esto con la pandemia de fondo, lo que le da un aire todavía más asfixiante.

“El Departamento Q nunca decepciona. Es como volver a casa… si tu casa fuese un sótano lleno de expedientes polvorientos, café malo y sarcasmo danés.”

Lo que más me ha flipado:

• 🔎 La investigación avanza como un puzle en el que cada pieza encaja con un “clic” perfecto.
• 🧂 El detalle del cloruro de sodio como rastro del asesino: rarísimo, inquietante y totalmente marca de la casa Adler-Olsen.
• 💥 La tensión de saber que se acerca “la próxima víctima” y que cada minuto cuenta.
• 👤 Los personajes: Carl cada vez más marcado por su pasado, Assad y su historia familiar que sigue dando capas nuevas, y Rose, que es directamente un tesoro de personaje.

Es un libro largo, intenso, con sus cliffhangers, pero te mete de lleno en un universo de investigación nórdica con humor negro, política, traumas y giros brutales.

No diré que reinventa el género, pero sí que sabe perfectamente dónde apretar para que sufras a gusto. Más que los giros (que los hay), lo que me ha flipado es esa tensión doméstica constante. Es el tipo de libro que te hace sentir incómoda y fascinada a la vez.

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